El palacio fue construido entre el 1586 y el 1589 por Ottavio Imperiale, con el gasto de 50.000 de escudos de oro. El aristocrático y literario genovés Giulio Pallavicini recuerda el inicio de los trabajos como uno de los acontecimientos más notables del ano.
Pasado a las manos de la familia Sauli en la primera parte del seiscientos, el edificio se enriquece con una serie de esplendidas decoraciones: una majestuosa estatua de Hércules vencedor con los Pomas de las Hespérides comisionada al escultor genovés Filippo Parodi, el ciclo de frescos de Domenico Piola en las galerías que se asoman al patio interno, llamada “la galería de los planetas” y el equipamiento de una rica cuadraría que comprendía algunas de las obras más extraordinarias del barroco italiano, realizadas por artistas del calibre de Orazio Gentileschi.
Luego de la muerte de Lorenzo Sauli, en el 1684, la propiedad del palacio paso a la familia De Mari que se ocupó de terminar la decoración del segundo piso, llamando para realizar los frescos de las restantes bóvedas al savones Bartolomeo Guidobono y el boloñés Giacomo Antonio Boni.
La planta baja y el primer piso del palacio albergan desde hace muchos decenios un gran almacén, donde todavía es visible la estatua monumental de Parodi, mientras el apartamento con frescos en el segundo piso es accesible solo en determinadas ocasiones. Antes del término de la construcción de los palacios de los Rollos, fue también citada Rubens con su repertorio de relieves de las viviendas genoveses.
En el frontón del portal creció espontáneamente desde tiempos inmemoriales un árbol de granada, del cual obtiene el origen del nombre el edificio que se conoce comúnmente en Génova: Palacio del Granado.