El edificio originario, levantado en el siglo VI, fue dedicado al Obispo de Milan Ambrogio que huyó del saqueo de su ciudad por parte del rey longobardo Alboino y se refugió en Génova. La construcción actual se remonta al siglo XVI y es obra de los padres Jesuitas. El interior,ejemplo del prestigioso barroco genovés, es suntuoso,  abundante en dorados, estucos y mármoles policromados  que revisten los pilares, las capillas, el púlpito y el pavimento. En el interno destacan los frescos de Giovanni y Giovanni Battista Carlone (1625 - 28); de gran valor son las dos obras de Rubens (La circoncisión y el Milagro de Santo Ignacio) y la obra maestra de Guido Reni La Asunción, custodiados en las capillas.