Mura delle Grazie
Los muros de la Gracia hacían parte del sexto cinturón de los muros de la ciudad, es decir la penúltima, realizados en época anterior al cinturón del 1630. Estos muros llegaban al perímetro del centro histórico. De la Puerta de Santo Tomas los muros proseguían en dirección Carbonara y Castelletto; bajaban hacia la Acquasola y desde Carignano el trazado se anudaba hacia el mar, formando literalmente una cuenca, justo debajo de los Oratorios de Santo Antonio, S. Giacomo Maggiore y la iglesia de Nuestra Señora de la Gracia.
Desde aquí los muros proseguían aun hacia el barrio el Molo, a lo largo de las prisiones de la Malapaga hasta llegar a la Porta Siberia.
De este cinturón de muro del quinientos quedan hoy solo algunas partes que sobrevivieron a la expansión urbana del siglo XIX. Una de estas partes es el llamado “cavaliere” del Acquasola, la otra esta documentada por los muros de la Malapaga en el Molo, pero la parte más larga e imponente es seguramente aquella que resta de los muros de la Gracia. Una pequeña gran muralla que se extiende por demás de cuatrocientos metros, en el trayecto que comprenden la Iglesia de Nuestra Señora de la Gracia y lo que queda de la vieja Marina de la Vía Madre di Dio.
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